2/7/10

Prevención de Golpes de Calor


Dr. Fulgencio Molina, Jefe del Servicio de Urgencias de USP Hospital San Carlos (Murcia).

¿Qué es un golpe de calor?

Básicamente, un golpe de calor es un fallo multiorgánico producido por una elevación extrema de la temperatura corporal como consecuencia de un fallo en la termorregulación del cuerpo humano. Este fallo en la termorregulación tiene su origen en el incremento de las temperaturas, que favorecen la aparición de esta patología. “Lo que todos conocemos como golpe de calor tiene una incidencia significativa entre nuestra población. Yo distinguiría entre dos tipos de golpe de calor: el activo y el pasivo. En el primer caso, hablamos de personas mayores que están muy expuestas a ambientes calurosos y húmedos. En este caso, el golpe de calor podría manifestarse en forma de epidemia a partir del cuarto día de iniciada la ola de calor. En el caso de los golpes de calor activos, que también se conocen como golpes de calor por ejercicio, el tipo de paciente afectado es una persona joven sin un entrenamiento especial para la actividad física intensa que sufre el fallo multiorgánico al realizar una actividad física en condiciones de mucho calor. Este segundo tipo de golpe de calor acostumbra a tener mejor pronóstico que el primero”.


Síntomas de un golpe de calor

“Los principales síntomas de un golpe de calor son la deshidratación, la ausencia de sudoración y el cansancio. Si una persona reconoce estos síntomas estando en la calle, es más que posible que su cuerpo esté mandándole señales de alarma acerca de su estado de salud, para que pueda dirigirse a un hospital y evitar así un golpe de calor. Los golpes de calor no son en absoluto situaciones agradables, ya que aunque los casos más leves se recuperan en poco tiempo tras una rehidratación, también vemos casos de mayor gravedad en los que el paciente está en situación de riesgo y requiere ingreso hospitalario urgente. Todos los años asistimos a casos muy severos en los que desgraciadamente los pacientes no pudieron recibir la atención médica especializada y fallecieron. Por tanto, hay que tomarse muy en serio el impacto de un golpe de calor. Y debemos estar muy atentos para vigilar a niños y ancianos, que son poblaciones específicas de riesgo para este tipo de trastorno”, advierte el Dr. Molina.

El impacto del golpe de calor es súbito y puede pillarnos desprevenidos. “En algunos enfermos se pueden dar síntomas relacionados con los mareos, cefalea, calambres musculares o debilidad, entre otros, que aparecen horas o minutos antes de la disminución del estado de conciencia. Todo ello es debido a diferentes alteraciones como las del sodio y el potasio, además de la respuesta fisiológica del organismo para disipar el calor. La temperatura corporal suele superar los 38,5° C, siendo el fracaso de los mecanismos de sudación clave para diferenciar esta enfermedad. La fiebre, la deshidratación, falta de sudoración y el cansancio, son claves para detectar que hay un golpe de calor", añade el médico.

Otra de las consecuencias de dicha enfermedad es la disfunción del Sistema Nervioso Central, que puede llegar a alterar el estado de la conciencia. Incluso, si no se trata a tiempo, puede afectar al hígado, con lo que se aumentan las posibilidades de aparición de ictericia incluso a los tres días después de que el enfermo haya ingresado en un hospital.


¿Cómo prevenir un golpe de calor?

Las medidas para evitar un golpe de calor pasan inevitablemente por la prevención. “Esa es la palabra clave: prevenir, sobre todo cuando por los motivos que sean nos vemos obligados a estar expuestos de modo continuo al sol. Debemos reponer los líquidos que perdemos, hidratándonos correctamente y conservando el ambiente fresco allí donde estemos. Además, en la medida de lo posible, debemos evitar exposición al sol en las horas centrales del día”.

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