fuente: EL Periódico de la Farmacia.
La población mayor española goza de buena salud. Según los datos más recientes del Estudio Toledo, una gran investigación que ha evaluado el estado de salud actual de una muestra de 2.488 personas mayores de 64 años residentes en esta localidad comparándolo con el de hace 15 años, se ha registrado una disminución de un 24 por ciento en la tasa de discapacidad para la realización de actividades instrumentales (uso de transporte público, llevar sus asuntos económicos, ser responsable de su medicación, lavado de la ropa, preparación de comida, entre otras) y de un 18 por ciento para el desarrollo de las acciones cotidianas de la vida diaria. Este estudio está promovido por la Red de Envejecimiento y Fragilidad (RETICEF) del Instituto de Salud Carlos III, el Servicio de Epidemiología de la Consejería de Castilla-La Mancha, el servicio de Geriatría del Hospital Virgen de la Salud y avalado por la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG).
"La gente, a diferencia de lo que temíamos hace unos años, llega con buena salud a las etapas más avanzadas de la vida", afirma el doctor Leocadio Rodríguez Mañas, coordinador de la Red de Envejecimiento y Fragilidad del Instituto de Salud Carlos III y miembro de la junta directiva de la SEMEG. "En menos de seis décadas, se ha triplicado la expectativa de vida en los mayores de 65 años que ha aumentado de cinco a seis años a mediados del siglo pasado a casi 20 en la actualidad. Este incremento no se ha acompañado, no obstante, de una mayor incidencia en los casos de discapacidad, un problema que tanto los médicos como las administraciones sanitarias mirábamos con preocupación. Los datos que se han ido obteniendo, y que ahora se han confirmado en el Estudio Toledo, reflejan que la expectativa de vida ha aumentado pero también ha disminuido la discapacidad y el momento en que ésta se produce".
No obstante, estos datos optimistas "no deben hacernos olvidar el impacto socio-sanitario de la discapacidad y la necesidad de adoptar medidas encaminadas a su prevención. De acuerdo con los resultados de este trabajo, el 41 por ciento de los mayores está en una situación de pre-fragilidad, es decir, presentan un riesgo elevado de desarrollar algún grado de dependencia", subraya el geriatra.
Este es uno de los principales problemas de las sociedades desarrolladas una vez alcanzada la longevidad ya que es la principal causa de gasto sociosanitario, además de conllevar un elevado impacto emocional. "La buena noticia -destaca el doctor Rodríguez-Mañas- es que hoy sabemos que esta dependencia no es una consecuencia inevitable asociada a la edad y que se puede prevenir en más de un tercio de la población mayor".
Atención especializada
Son muchos los datos disponibles que han confirmado la efectividad de la atención especializada en el mayor, precisa el doctor Jesús López Arrieta, presidente de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica: "Nadie en el mundo académico y médico discute el papel de geriatra como especialista de la población de edad avanzada", pero actualmente tan sólo el 12 por ciento de los hospitales españoles cuenta con Unidades Geriátricas de Agudos y el 30 por ciento con algún dispositivo asistencial geriátrico especializado.
"En los hospitales, los cardiólogos suelen atender a las personas con una enfermedad cardiovascular, los reumatólogos a los que presentan una patología reumática y los psiquiatras tratan las dolencias mentales. Sin embargo, algo tan obvio no ocurre con las personas mayores que no son atendidas en una parte importante de los hospitales españoles por sus especialistas, los geriatras, a pesar de que tres de cada diez pacientes hospitalizados desarrollan algún tipo de incapacidad funcional que no presentaban cuando fueron ingresados", afirma López Arrieta.
Además, como señala el doctor Juan Florencio Macías, presidente del Comité Organizador de la 4ª Reunión Nacional de la SEMEG y jefe de Sección de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, "son los mayores los que acuden mayoritariamente a las consultas de los médicos, los que ingresan en los centros hospitalarios, a los que se les prescribe más fármacos y los que representan el primer grupo por gasto sanitario".
Por ello, desde la SEMEG se demanda la creación de Servicios de Geriatría "que permitan actuar de forma preventiva frente a la dependencia evitando su aparición en sujetos frágiles e interviniendo en estadios más precoces. Cuando ya se ha producido, poco o casi nada se puede hacer", subraya su presidente. En esta línea, la Sociedad Española de Medicina Geriátrica va a iniciar una campaña informativa que verá la luz en los próximos meses para desmitificar algunos tópicos que existen en torno al envejecimiento: "Uno de los más frecuentes es aceptar como normales y asociados al envejecimiento muchos procesos que no lo son", precisa su presidente.
Prevención
Asimismo, los geriatras consideran que otra de las herramientas claves en la lucha frente a la dependencia es la mejora del estilo de vida, tanto desde el punto de la actividad física, como el de la alimentación y del estado mental.
En este sentido, los especialistas hacen hincapié en aconsejar que los mayores:
» Practiquen alguna actividad física de forma regular, como un paseo de una hora cada día.
» Se nutran de forma adecuada.
» Se sometan a revisiones periódicas del estado de salud, especialmente de los órganos de los sentidos (visión y audición), de la capacidad mental, del aparato locomotor y cardiovascular.
» Estén alerta (también sus familiares) ante cualquier modificación de la conducta o de su estado físico que pueda sugerir la posible aparición de una enfermedad.
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