3/11/11

La humedad y el dolor en las articulaciones.



¿Existe alguna explicación científica ante éste fenómeno cotidiano? ¿O es sólo un mito? ¿Qué remedios caseros existen para ese dolor?

           Cualquier persona que sufra alguna patología articular, ósea e incluso de la piel (artrosis, artritis, alguna vieja fractura, cicatrices) habrá experimentado los efectos que ejerce el clima, sobre todo los días de humedad, en su propio cuerpo.

Mito o verdad

         Para el doctor Cesáreo Rodríguez, el dolor que se experimenta los días fríos o húmedos responde, en realidad, a la baja presión que suele acompañar ese aumento de humedad, y no a la humedad en sí.
La presión atmosférica es el peso que genera la columna de aire en cualquier punto de la atmósfera. Cambia con las demás variables climáticas, por ejemplo, disminuye con la altura y es inversamente proporcional a la humedad, esto significa que cuanto menor sea la presión, mayor humedad habrá en el ambiente. Por eso, las personas relacionan su mayor dolor con la humedad, aunque lo que realmente causa dicho estado de molestia, es la presión.


A diferencia del tórax y del abdomen, que tienen presiones propias, el resto del cuerpo mantiene la misma presión que el ambiente y responde a ella adaptándose constantemente. Los días en los que se observa baja presión, los tejidos se hinchan en respuesta a este descenso, y por eso duelen.


Pruebas científicas

     Algunas investigaciones científicas apoyan esta teoría. En el estudio realizado por Bioibérica Farma en el Instituto Poal de Reumatología de Barcelona sobre pacientes con artrosis. Allí, se expuso a 80 pacientes a variables climáticas como la temperatura, la humedad y la presión atmosférica, y se llegó a la conclusión que la condición de baja presión atmosférica era el motivo por el cual aumentaba el dolor articular.


El estudio

         Para ello, los autores decidieron tomar los datos de un estudio que se estaba realizando con 205 pacientes con artrosis de rodilla procedentes de diversos puntos de EEUU.
El ensayo, de tres meses de duración, se proponía evaluar la eficacia de la glucosalina (un suplemento nutricional que se extrae de los cangrejos, las langostas o las conchas de camarones y que parecía eficaz para aliviar la artritis), por lo que los pacientes se sometían a evaluaciones dos veces por semana para informar de su grado de dolor y ver así la acción del suplemento o de un placebo, en el caso de los pacientes que ejercían de grupo control.
Aunque el trabajo no encontró ningún efecto en la glucosamina, la evaluación de los pacientes sí ha servido para constatar los efectos de las inclemencias del tiempo sobre la enfermedad. Para ello, los datos de los participantes se cotejaron con los registros meteorológicos (cambios en la presión barométrica, temperaturas, lluvias y punto de rocío) de la National Oceanic and Atmospheric Administration.

Resultados:

       "Al combinar dos bases de datos que se obtuvieron de un modo completamente independiente acerca de cada tema, fuimos capaces de realizar un estudio sólido que realmente sugiere una asociación entre el clima y los dolores y molestias", concluye McAlindon.
Así, se constató que había una fuerte relación entre las molestias de los voluntarios y el descenso de temperaturas y, aún más, con los cambios en la presión atmosférica,
"De acuerdo con las creencias de los pacientes, estos resultados preliminares sugieren que estos fenómenos están, efectivamente, asociados con mayor dolor en la artritis", concluyen los autores.




Remedios caseros contra el dolor articular


        Algunas personas recomiendan frío, otras calor. Pero lo mejor es probar diferentes técnicas y averiguar con cuál responde mejor el cuerpo.

  • Empapar un pañuelo o trapo con vinagre de alcohol y envolver la articulación. Arriba, colocar hielo. Se puede guardar el vinagre en heladera para que ya esté fresco. Dejar sobre la zona durante 10 minutos.
  • Hacer masajes sobre la articulación dolorida con una mezcla de aloe, alcohol y una aspirina disuelta.
  • Mover la articulación varias veces, de forma rápida y constante, evitando permanecer mucho tiempo en una misma posición de manera estática.
  • Intercalar 10 minutos de calor, con 7 minutos de frío. Hacer varios ciclos seguidos.
  • Aplicar compresas de hojas de laurel (dejar hervir varias hojas de laurel y envolver la articulación con un paño mojado en ese líquido).


Dieta Anti-dolor


         Es posible influenciar positivamente, o no, el cuerpo, según sea la manera de alimentarlo:
  • Los alimentos recomendados para incluir en la dieta son: limón, pomelo, jengibre, aceite de hígado de bacalao, té verde y gelatina.
  • Algunos alimentos que conviene evitar son aquellos con grandes cantidades de proteínas, como carnes, huevos, leche, queso y legumbres.


Autor: Tania Petelski








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